Es lo que me dije después de proponer a uno de mis grupos de amigos (los que tenemos hijos), de que un día de estos, entre caña y caña, abriéramos un debate para hablar sobre la publicación de fotografías de nuestros hijos en redes sociales y/o programas de mensajería instantánea.

Llevo ya algunos años pensando que esto de la seguridad, la privacidad y la llamada “Era Digital” se está convirtiendo es un montón de tejas muy brillantes sobre una casa que está a punto de derrumbarse. Me explico; desde un punto de vista empresarial, cada día tocan a mi puerta nuevos gurús de la seguridad vendiendo soluciones que según ellos son las mejores del mercado… pocos me hablan sobre un marco normativo a seguir o sobre procesos de sensibilización a empleados.  

Desde el punto de vista personal o familiar la situación es mucho peor. Nos encontramos desde mi punto de vista en un grave estado de desatención y en algunos casos de ignorancia voluntaria,  ante tres grandes dilemas que debemos abarcar con urgencia;

El primero de ellos es el plano Legal. Cuántos de nosotros sabemos las implicaciones legales que como tutores de nuestros hijos tenemos a la hora de publicar SU imagen en internet? Cuántos de nosotros nos hemos leído a conciencia la política de privacidad y aviso legal de las plataformas que usamos para que todo el mundo admire a nuestros retoños?

El segundo plano es el social. Es evidente que las “nuevas” tecnologías nos han abierto un universo de posibilidades que enriquecen nuestras posibilidades de socialización, de adquisición de conocimientos, de dinamización educativa, de ocio, y un largo etc, pero lamentablemente también ha extrapolado de forma virtual, todos aquellos peligros de la calle a los que nuestros padres (durante los años 1960-2000) tenían miedo y de los cuales intentaban protegernos.

Por último y el más importante es el plano educacional y cultural. No podemos pretender educar a nuestros hijos en criterios de respeto y protección de su vida privada, en el uso dosificado y responsable de nuevas tecnologías y en el gran valor que tiene sus datos personales, si nosotros como padres somos los primeros en descuidar estos aspectos.

He querido ser breve y lo más directo posible, porque sé que este asunto tiene una dimensión que da para meses de debates, eventos, congresos y circos varios.

Psd. Habéis notado que no he nombrado las palabras Big Data, Internet de las Cosas, DevOps, Cloud Computing..... o Ciberguerra!!,  y aún así habéis terminado de leer el artículo ... ;-)

* He difuminado los logotipos de algunos fabricantes de soluciones de seguridad para no herir sensibilidades.